Arasanz Garcia

ArasanzGarcía

Rozando Argelia.

Cedros, monos, tajines y desierto.

Escrito por Javier (Navegante), fechado el 13 de noviembre de 2022.

En camino a Ifrán.Apenas pasaban unos minutos de las 8:20 de la mañana cuando abandonábamos el hotel de Fez.   El Royal Mirage nos veía partir desde el parque cerrado que la organización del evento tenia reservado y en donde nuestras monturas habían pasado la noche, mas bien templada, de un día recién amanecido. Volcamos sobre la N-4, para en unos cientos de metros, tomar la N-8 en dirección al sur, hacia Ifrán.

La larga recta de casi 10 Km, nada más salir de Fez, nos permitía pasar por campos de labor marchitos, con salpicones de huertas y casas a ambos lados. Los lugareños se dirigían a sus labores, unos esperando el ansiado transporte, otros en su transporte propio, ya sea mecánico o animal. No olvido los olores de el aceite de los motores de 2 tiempos, o el del aceite quemado en los desvencijados vehículos de pasado extenso y futuro incierto. Un pensamiento acudió a mi mente para provocarme una ligera y persistente sonrisa, en Marruecos, a pesar de lo que pueda parecer, hay muchos vehículos híbridos, de diésel y aceite o de gasolina y aceite.
Íbamos ascendiendo y ya empezaban a cubrirse las laderas de los bordes de la carretera de monte mediterráneo, carrascas, quejigos y lentiscos bordeaban las lindes de la vía que transitábamos, amenazando con comerse el nutritivo asfalto con sus persistentes raíces. Furgones, coches y algún motocarro, aparecían casi de imprevisto en algún punto de la que empezaba a ser una sinuosa carretera de montaña. Lo curioso de la carretera era su imprevisibilidad, pasábamos de una sinuosa vía de montaña a una recta y monótona carretera del desierto, aunque este era un desierto más parecido a las extensas llanuras de nuestras zonas de forraje para el ganado vacuno, largas y suaves laderas de pastos y cañadas onduladas.

Comienza la pista.Seguíamos ascendiendo en dirección a Ifrán. Entramos ya en las postrimeras de la población y la  altitud se situaba por encima de los 1600 metros. Era una mañana fresca en el Atlas, se apetecía la chaqueta y forro interior para combatir el frescor de la mañana a estas alturas. Los tejados pronunciados de negras piedras de pizarra y las construcciones de piedra, nos hacían pensar en las casas de nuestros Pirineos o Sierra Nevada. La ciudad se despertaba, limpia y aseada, con una pequeña bruma entre sus bosques. Rozaban las 9:26 cuando tomábamos la R-707 para dirigirnos hacia la pista que estaba marcada en el comienzo del roadbook.

Paramos en la entrada de la pista y tocaba ahora activar el roadbook digital, era el momento de la verdad. Rodrigo y Nicasio llevaban el roadbook de papel, si el mio fallaba, al menos teníamos los suyos. Cambiamos el modo a "enduro" y nos adentrábamos en una pista de piedra y compacta arena en a que de cuando en cuando aparecían montones de grava, parece que estaban intentando arreglar la pista y la graba la traían para evitar el barro, al menos esa fue mi primera impresión. El roadbook digital, nada más empezar, saltaba de unos metros a otros, con lo que el trip me impedía determinar los metros que habíamos realizado. No se si era la aplicación "Rally System" que había elegido la organización para el evento o el propio roadbook que nos habíamos descargado, pero al final no pude navegar con el roadbook, me detuve y se lo indique a mis dos inseparables amigos. Con decisión, Nicasio tomo la iniciativa y partimos tras de él. Yo ya estaba perdido, ya que cuando el trip de distancia salta entre valores dispares, no tienes consciencia de la que has recorrido.

Grupo de amigos.

En un punto del camino nos paramos para dar la vuelta y volver por nuestros pasos al cruce anterior, allí nos encontramos con Cata, Ángel, Jorge y Tomas. Unas fotos y unas risas y continuamos por el camino que ahora se adentraba en el bosque. Entre cedros y arbustos serpenteaba el camino que empezaba a tener piedras sueltas de blancas caras. Hacia fresco y el paisaje era casi mágico, los líquenes colgaban de los estilizados troncos, y la penumbra era agradablemente silenciosa, solo rota por el ronco sonido de nuestras monturas. Era la primera incursión de Ligera en las pistas de Marruecos, íbamos despacio y seguíamos en la distancia a Nicasio. Topamos con una extensa llanura de pastos y largas marcas de caminos. Al entrar en ellos aparecía el polvo ocre, que con la humedad de la mañana, se quedaba en suspensión como flotando, igual que un jirón de niebla.

Entre cedros.Entre caminos.

Definitivamente estábamos perdidos, unas motos por un camino, otras por otro y también nosotros tomamos uno diferente, hasta dar con una carretera P-7229. Tomamos esta para llegar al siguiente punto del camino y la abandonamos por un estrecho sendero, después de una infructuosa búsqueda de alguna referencia, tomamos lo que parecía una pista hacia el origen y efectivamente allí volvimos. Habíamos pasado una hora entre pistas y cruces y estábamos en la misma carretera que abandonamos una hora antes. Tomamos la determinación de intentar recuperar la entrada exacta, pero después de varias tentativas, decidimos seguir el track de seguridad hasta al menos Azrú. Volcamos pues a la N-8 y descendíamos hasta los 1460 metros.

Familia de monos.Un poco antes de llegar a Azrú tomamos el desvío que nos llevaría a el parque natural de Cedré Gouraud. Allí hicimos alto para dar un paseo entre los monos, les dimos algunos cacahuetes, que conseguimos de un paisano al que dimos algunos dirham, y estuvimos haciendo fotos y risas del momento. Serian las 11:20 cuando dimos por terminada la sesión de fotos de homínidos, incluidos nosotros, y partíamos tras nuestros pasos a seguir, ahora si, el roadbook. Antes de alcanzar la carretera N-8, paré en el comienzo de una pista en la que empezaba otro track antes de la carretera. Me sorprendió que ni Rodrigo ni Nicasio venían detrás mía, pero no había lugar a perdidas y allí me detuve con el propósito de esperarles. Es cierto que el que espera desespera, pasaban los minutos y alcance a ver una moto que salida de las curvas del ultimo machón de cedros que se distinguía a lo lejos, al ir acercándose me percate que era mi buen amigo Cata, paró un poco más adelante y nos pusimos a hablar de los que faltaban. En el mismo cruce había una reunión de chicas jóvenes y algún adulto con unos cachorros de perro, de apenas horas con lo ojos aún cerrados, que parecían discutir sobre que hacer con ellos. Al final los metieron en una caja con un par de trapos y se los llevaron en una desvencijada furgoneta.

Mientras, habían pasado sus buenos 10 minutos, cuando llegaron juntos Nicasio y Rodrigo, se habían dado la vuelta pues Nicasio se había dado cuenta de que faltaban las gafas de sol y las estuvieron buscando, de forma infructuosa, por el mismo sitio donde habíamos estado con los monos. Tras unos breves comentarios, salimos Cata, Nicasio, Rodrigo y yo por la pista, que era mas asfalto viejo que camino. Al final de la misma salimos a la N-8 y tomamos dirección a Azrú, donde nos dejo Cata para reunirse con su grupo.

Camino a Midelt.Pusimos al fin rumbo al Atlas, la subida conocida por otros años, no deja indiferente, enormes cedros rodean la carretera y me asaltaban recuerdos de nieve y ventisca. El día desde luego lucia claro, fresco y agradable para montar en moto. No se puede pedir mucho más, moto, amigos, una ruta de ensueño y un clima propicio.... Ni soñando saldría mejor.

Alcanzamos la altura de 1900 metros y apareció ante nosotros las llanuras de pastos de alta montaña. Pasábamos barreras de nieve, abiertas claro, y cercados de piedra donde las cortas paredes daban cobijo, los días fríos del invierno marroquí a los bóvidos que por allí pastan. Las montañas del final de esta extensa llanura, nos indicaban el camino por donde nos dirigía la carretera. Seguíamos por la N-13 en dirección a su punto mas alto, el Col du Zad, con sus 2204 metros, nos dejaba ver el valle que se perfilaba a nuestra izquierda mientras a nuestra derecha el macizo del Atlas nos contemplaba. El monte salpicaba las laderas sur de la N-13, que ahora se convertía en una revirada y divertida carretera de montaña. Atentos a los Perros del Atlas, raza endémica de esta zona, seguíamos ahora descenso hacia las largas hamadas del desierto de Midelt. Apenas eran las 13 horas cuando pasados unos cientos de metros desde el Col du Zad, penetrábamos en la región de Draa-Tafilalet.
Pasamos la aldea de Ait Oufella, de tan gratos recuerdos para el burro de nuestros queridos amigos Ángel y Cata, y para regocijo de ambos. Dejamos atrás otra barrera de nieve y enfilamos hacia Midelt, pasando por las aldeas de Oualegh, Boulaajoul y Aguelmous. Dejamos atrás el desvío del Hotel Taddart, alojamiento que conocíamos de otros años.

Motos descansando.Hora de comer.Al entrar en Midelt, ya conocida, buscábamos la gasolinera donde repostábamos y la tienda de móviles que estaba junto a aquella. Paramos junto a la misma, alrededor de las 13:45, para repostar, recordar y reírnos un rato de aquella aventura, Nicasio compro una hogaza de pan a un paisano que por allí pasaba y mientras repostábamos las motos íbamos dando algún que otro bocado al exquisito pan. En esto que un paisano nos dice que tiene un restaurante donde se come bien y ni corto ni perezoso me dejo llevar de su sugerencia y nos termina metiendo en una cuesta del demonio donde dejamos aparcadas las motos frente al restaurante. Al lado de ellas había un armario de chapa galvanizada que me llamo la atención sobremanera. Era buena hora para comer así que nos sentamos en la pequeña terraza que tenia el local y rápidamente apareció el camarero para traernos la carta impresa en el mismo mantel. Decidimos compartir un tajin y unas brochetas y beber un refresco y agua. Pasados unos instantes, el camarero se dirigió al armario metálico y extrajo de aquella improvisada barbacoa, el tajin que habíamos de comernos. Sorprendente el ingenio.

Serian las 15 horas cuando salíamos cuesta abajo del restaurante, con el hambre vencida y sin estar hartos de comida, partíamos en dirección a Er-Rachidia. Seguíamos la N-13 hacia el sureste, en el desierto previo a las grandes dunas y los arenales del sur. Es un desierto duro, de arena y piedras, de espartos escasos y desperdigados, de enormes desfiladeros y abruptas montañas que nos recuerdan que estamos a los pies del Atlas y su influencia es grande. Nos acompañan en el camino cauces secos de arroyos de invierno y entre valles y montañas nos tropezamos con el rio Ziz. Éste forma un exuberante oasis de palmeras y huertos que contrasta con el árido desierto de piedra que lo cerca. Unos kilómetros más abajo, por a misma N-13 pasado Er-Rich, hay un enorme pantano que brilla de color acero contra el sol de la tarde que amenaza con acostarse, ya casi en pijama y de un color naranja que inunda las laderas de la carretera.

Marcaba el reloj las 17:25 horas cuando entramos en las postrimeras de Er-Rachidia, quedaban entonces unos 60 Km para llegar al hotel. Acometimos este ultimo tramo con añoranza y fuimos avanzando entre palmeras, desierto, huertos y casas de adobe, con sus gentes ajetreadas y activas, ya bien andando, bici, motocarro, burro o coche. Se iba cerniendo el atardecer sobre nosotros y  llegábamos a la gasolinera que está a 1,6 Km del hotel Xaluca Arfoud, repostamos y terminamos nuestro periplo del día a las 18:29 horas de una tarde marchita, templada y agradable en Marruecos.

Oasis del rio Ziz.

Esa noche, como todas, en el "brifing", se nos presento el día siguiente. Una cosa que me extraño de este año es que tenias que devolver el roadbook utilizado del día para recoger el del día siguiente, así mismo en las tablets, al descargar el roadbook del día siguiente desaparecía el del día actual. Desde la organización se nos dio a entender que era por derechos de autor, pero me pregunto si cuando compras un libro, lo tienes que devolver una vez leído. Si lo que teme la organización es que alguno de los participantes, todos clientes de BMW, utilice el roadbok para otras organizaciones, con poner una marca de agua seria mas que suficiente y al hacer fotocopias saldría la misma. Por otra parte no pensé que BMW desconfiara de sus clientes y mucho menos que le importara que otras organizaciones copiasen el evento, siempre creí que no era un tema que la organización debiera plantearse, las copias son burdas maneras de suplir la iniciativa, el esfuerzo, el tesón y la originalidad, detalles que BMW había superado con creces en las tres anteriores ediciones de este espectacular evento. En fin, los tiempos cambian.

Las cookies y/o sesiones permiten el buen funcionamiento de esta WEB (ArasanzGarcia), en cualquier caso, no empleamos la información de tu usuario para fines comerciales ni revendemos tu informacion a terceros, debes aceptar las cookies y/o sesiones, gracias por confiar en los servicios de ArasanzGarcia.